El mundo ya está en guerra por los  mercados de trabajo. Sabemos que la digitalización de la economía, la robotización y la inteligencia artificial aplicada en la producción de bienes y servicios harán obsoletos muchos trabajos. (se calcula que para 2020 se habrán destruido cinco millones de puestos de trabajo en el mundo sustituídos por robots).

Este reemplazo de trabajo humano por automatización robótica tendrá mayor impacto en las actividades de servicios y de comercio, situando a la industria manufacturera (afectada también pero en menor medida pues hace años viene siendo sujeto del cambio tecnológico) como un garante de la generación de empleo humano.

Los efectos de este fenómeno implican la instalación de un nuevo paradigma en la esfera productiva global. El mismo cuestiona de raíz nuestro sistema educativo, masivo e indiferenciado adecuado para un mundo que ya no existe.

Este sistema tenía sentido mientras la humanidad necesito dominar, estandarizar, masificar, hacer más eficientes los procesos productivos desarrollados durante la Era Industrial. Ahora, en la Era del Conocimiento, las prioridades de épocas pasadas ya no tienen ninguna validez, más bien se han invertido completamente.

En los próximos años, cuando lo mecanizable sea realizado por robots, es tiempo de expandir todas las capacidades de los seres humanos. Es imperiosa la crianza y la educación para el desarrollo de nuestros talentos, deseos y sueños únicos. Es urgente liberar toda la pasión, liderazgo, creatividad, vitalidad e inspiración para gozar de una vida plena y crear nuestra realidad, ofreciéndonos a los demás concientes de toda nuestra humanidad.

¡Los robots nos invitan a un extraordinario desafío para encontrarnos como SERES HUMANOS!